Un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y el Desarrollo señaló que la caída del turismo internacional por la pandemia podría generar pérdidas de más de cuatro billones de dólares en el PIB global durante los años 2020 y 2021. De igual manera, se detalla que -por regiones- el impacto de la crisis del turismo en su PIB será más fuerte en Centroamérica, mientras que, en el caso de los países en América del Sur, Ecuador es uno de los más afectados.
Los expertos advirtieron que no creen que se pueda llegar a los niveles de afluencia turística internacional previos a la pandemia hasta el 2023 o -incluso- después.
Frente a ese panorama, hay que abordar los desafíos para retomar la senda positiva desde diferentes perspectivas; por ejemplo, la tecnología será clave para que el turismo sea seguro, pensando en desarrollar herramientas para tomar decisiones acertadas y se fortalezca la industria.
Bajo esa línea, en el Sexto Ciclo de Innovación y Digitalización (CID) organizado por Ostelea, Tourism Management School, se debatió sobre este aspecto en particular. Joan Borrás, ICT & Tourism Project Manager del Departamento de Innovación Turística de Eurecat, indicó que -hoy más que nunca- el proceso de digitalización del turismo va en una aceleración necesaria, en la que se requerirá que el talento humano del sector se sintonice.
“La tecnología está más democratizada, me acuerdo cuando se realizaban las primeras aplicaciones todo era muy complejo y -ahora- se pueden hacer aplicaciones -incluso- sin programar; pero la tarea es desde los profesionales del sector del turismo para que se formen en las herramientas existentes, ellos son quienes tienen los conocimientos de la industria y si aprovechan la tecnología, podrán hacerle frente a la compleja situación actual”, señaló Borrás.
Acto seguido, el experto recalcó que esto se debe entender que desde las personas no se requieren grandes conocimientos tecnológicos, sino unas bases y nivel conceptual para tener ideas y crear aplicaciones, todo bajo una formación más digital, donde no se necesitará ser un ingeniero para crear una app. Eso sí, aclarando que no se llegará a tener la calidad y profundidad de un profesional de la tecnología, pero ayudará al desarrollo del turismo porque tiene los conocimientos y entiende las necesidades del sector, cosa que se le debe transmitir a un ingeniero y que, por lógica, tal vez no dimensione en totalidad.
Otra aliada: la analítica
Desde hace un tiempo hemos escuchado sobre la analítica de datos, la cual está siendo una aliada indispensable para la industria turística. Allí, Borrás informó que es preciso que el talento humano que hace parte del sector se capacite en ello.
“El análisis que hace un ingeniero o un científico de datos sin experiencia en la industria puede dar algunas luces, pero nunca será igual de bueno si un conocedor del turismo se capacita y lo aplica, porque podrá ofrecer unas conclusiones enfocadas en encontrar soluciones a los problemas que se están viviendo”, aseveró en el evento de Ostelea.
Asimismo, una de las recomendaciones entregadas para los profesionales de la industria y para quienes se están preparando para ser parte de ella, es aprender a programar, así sea a niveles básicos, ya que existen lenguajes fáciles de practicar y es una oportunidad para subir la calidad de los perfiles.
Siempre trabajar en equipo
Otra de las alternativas que ayudarán al turismo a enfrentar los desafíos actuales tiene que ver con la aplicación de metodologías y proyectos ágiles, para ello debe existir una gran capacidad de trabajar en equipo y los resultados van enfocados en las tendencias que buscan poner al usuario en el centro de las estrategias, pero para hacerlo de manera exitosa los profesionales deberán ser interdisciplinarios.
Con las metodologías ágiles se tiene la capacidad de que todo equipo entienda cuáles son las necesidades del usuario, objetivos y problemáticas a resolver, sin tener que poner a cada persona a atender un requerimiento por cada uno, allí la ventaja es que todos entienden todo sobre el proyecto.
“Hay que tener la capacidad de trabajar en equipo de forma horizontal, dejando de lado las estructuras jerárquicas. Ahora gestionar de manera más lineal, este aspecto depende mucho de los proyectos y de las tareas de desarrollo de aplicaciones para los turistas. En nuestro caso, usamos bastante la metodología ágil y el desing thinking para entender cuáles eran las necesidades de los turistas y de los agentes, sumado a ello, a las sesiones no solo invitamos a los perfiles relacionados con el turismo, también a los informáticos para la definición del proyecto sin jerarquías, todo el mundo participa”, destacó Borrás.
Para concluir, el invitado destacó el papel de la automatización de los procesos para poder obtener información y sacar la analítica, ya por medio de esto se llega a un nivel de detalle superior. Por ejemplo, se tiene la capacidad para que un destino turístico conozca el gasto que hace un viajero en diferentes lugares en específico, sacar promedios de ese gasto en rubros, conocer la nacionalidad, si es efectivo o tarjeta, determinar si es la primera vez que ese turista los visita o no; entonces se da la posibilidad de entender cómo el usuario hace su gasto en un territorio y esos datos hacen posible la toma de decisiones estratégicas en tiempos tan volátiles.