El mundo virtual venía ganando terreno desde hace años, ahora, por obligación, se convirtió en el escenario perfecto para trabajar, realizar citas médicas, reunirse con la familia y, además, realizar eventos ‘masivos’ de cualquier tipo.
Los gobiernos han anunciado la realización de carnavales, festivales o conciertos por medio de las plataformas digitales y seguirá siendo así por un buen tiempo, pero hay quienes hacen la invitación para realizar actividades presenciales bajo los protocolos de bioseguridad.
Entre el 2017 y el primer trimestre del 2020, el turismo de eventos venía logrando un destacable crecimiento; convirtiéndose en elementos de comunicación y herramientas de ventas, generando grandes negocios y miles de empleos.
Los factores que influían en la elección de ciudades para el desarrollo de eventos eran la conectividad, cultura, variedad de alojamiento, innovación y sostenibilidad.
Donde el top de ciudades que más actividades de este tipo concentraban estaba compuesto de la siguiente manera:
- Buenos Aires
- Lima
- Ciudad de México
- Santiago de Chile
- Sao Paulo
- Bogotá
- Río de Janeiro
- Panamá City
- Montevideo
- Cartagena
Jacqueline Ruíz, Docente de Ostelea, Escuela de Management en Turismo, informó que una encuesta global le preguntó a personal alrededor del mundo sobre las interacciones reales y virtuales, arrojando como resultado que el 23% de los encuestados consideró que las interacciones virtuales son tan buenas como las reales, mientras que el 15% piensa lo contrario.
“Mirando el segmento específicamente del turismo de Reuniones, Incentivos, Convenciones y Exposiciones (MICE, por sus siglas en inglés), durante la era COVID-19 no se tendrá que reinventar, de cierta manera debe ser es resistente, no desestimar la profesión y adaptarse a los modelos de negocio para incrementar las medidas de seguridad, y tener planes de contingencia. Allí el secreto es el cómo adaptarse”.
En ese orden de ideas, Ruíz enfatizó que el primer paso es coordinar a nivel internacional las condiciones, además haciendo entender que el mercado es un importante impulsor del empleo y de aporte a las economías. Por lo tanto, hay que dar visibilidad a esa situación.
Una segunda apuesta debería ser incluir más tecnología a este segmento del turismo para crear más valor, por ejemplo, llevar un porcentaje más alto a la digitalización de la industria MICE, ya que por medio de herramientas y plataformas se puede analizar y solucionar una visión estratégica, eso a su vez aumentará la credibilidad y reputación del sector que tendrá como resultado la creación de nuevos modelos de negocio más disruptivos e innovadores.
Otro punto destacable para la docente de Ostelea es que ahora más que nunca el turismo MICE debe trabajar por ser más empático, flexible y manejar una implicación de un todo como sector, esto quiere decir, unificar e identificar conceptos entre todos los especialistas del segmento generando un marketing colaborativo que respire diálogo y consenso, eso finalmente llevará a la co-creación, en otras palabras, alianzas de trabajo más colaborativas.
“Cuando hablo de llegar a acuerdos me refiero a estandarizar, entre otras cosas, tiempos de duración, qué nos puede cubrir un evento virtual o cuál es el número de personas apropiadas que correspondan al plan de contingencia, para que los gestores locales personalicen con la cultura. Es clave para el plan de contingencia, porque los eventos presenciales son necesarios y pueden llevarse a cabo bajo los protocolos y las medidas sanitarias”, sentenció la maestra de Ostelea.
La conclusión y el llamado es claro, llegar a acuerdos con las autoridades, para que, por medio de las propuestas de expertos del sector, se dé inicio a los eventos virtuales con todas las medidas de seguridad donde los aforos estén controlados y los tiempos de igual manera, eso podrá llevar a la recuperación de los empleos y dinamizar las economías de los países de la región, sobre todo en esas ciudades donde la infraestructura ya está desarrollada y será más sencillo su uso de manera segura.